miércoles, 26 de noviembre de 2008

DEJA VU


¿Quién no ha tenido alguna vez la inquietante sensación de estar repitiendo una experiencia ya vivida, a pesar de que en realidad es totalmente nueva? Este fenómeno, bautizado por Emile Boirac como déjà vu (“ya visto” en francés) hace más de un siglo, ha despertado la curiosidad de centenares de científicos a lo largo de la historia. Ahora la psicóloga Anne M. Cleary acaba de encontrar una relación entre el déjà vu y el funcionamiento de nuestra memoria de reconocimiento, la parte de la memoria que se pone en marcha cuando reconocemos a un amigo en la calle o escuchamos una canción conocida. Según explica hoy Cleary en la revista Psychological Science, existen dos tipos de memoria de reconocimiento: la recolección y la familiaridad. La primera interviene cuando, por ejemplo, reconocemos a una persona en una tienda y recordamos haberla visto antes en el autobús. La familiaridad sucede cuando una situación “nos suena” pero no recordamos en qué momento anterior sucedió. Para poner a prueba el funcionamiento de esta última, Cleary llevó a cabo una serie de experimentos en los que los participantes debían estudiar una lista aleatoria de palabras. A continuación eran sometidos a un test de reconocimiento donde había palabras que ya habían estudiado, palabras nuevas y otras muy similares en sonido a las aprendidas en la fase inicial. Sorprendentemente, todos los encuestados experimentaban una sensación de familiaridad con estas últimas palabras. Según Cleary, esto sugiere sugieren que nuestro cerebro almacena las experiencias en fragmentos o piezas dispersas. Y que el déjà vu se produce cuando algunos detalles de la situación actual se parecen a ciertos aspectos de una vivencia previa. Por ejemplo, cuando las formas de una calle se parecen a otra por la que hemos paseado. O cuando el timbre de voz de un desconocido que nos habla es similar a otro que escuchamos anteriormente. En otras palabras, en el déjà vu solapamos lo nuevo y lo pasado hasta el punto de creer que toda una experiencia se repite, pero sin que el recuerdo de un momento concreto nos venga a la mente.
FUENTE: Psychological Science

¿UNA NUEVA PLAGA EN PLENO SIGO XXI?


La principal amenaza para la salud humana podría estar en estos momentos escondida en las alcantarillas. Según un nuevo estudio publicado en la revista Journal of Medical Microbiology, una bacteria capaz de provocar una grave enfermedad cardiaca en humanos se está extendiendo a través de una pulga que se encuentra en las ratas marrones que viven en nuestras ciudades. Se trata de una variedad de la bacteria Bartonella, y los científicos temen que se convierta en una de las principales plagas del siglo XXI. Las sospechas comenzaron cuando se descubrió una nueva especie de Bartonella (Bartonella rochalimae) en un paciente con inflamación de bazo que había viajado a América del Sur. Decididos a identificar su origen, el profesor japonés Chao-Chin Chang y sus compañeros de la Universidad Nacional Chung Hsing, en Taiwán, analizaron las bacterias encontradas en más de 50 ratas de alcantarilla de la ciudad japonesa, "que son también las más comunes en Europa", según el profesor Chang. Los análisis del ADN de los microbios confirmaron que varias de ellas estaban transmitiendo Bartonella rochalimae. "Estos resultados son preocupantes porque revelan la existencia de nuevas reservas y vectores de esta infección emergente" afirmó el científico, que no obstante cree que será necesario llevar a cabo investigaciones en muestras más amplias de roedores antes de levantar la voz de alarma.
FUENTE: J. Med. Microbiol., Dec 2008; 57: 1496 - 1501.

jueves, 13 de noviembre de 2008

VITAMINA D Y PARKINSON


Los enfermos de Parkinson presentan una mayor deficiencia de la vitamina D que las personas sanas o que aquellas que sufren de Alzheimer.
En un estudio realizado en la Emory University School of Medicine, en Atlanta, Georgia, se han comparado los niveles de vitamina D en cien pacientes de Parkinson, 97 de Alzheimer y 99 personas sanas. Los resultados han mostrado que un mayor número de pacientes con Parkinson (55%) presentan deficiencia en vitamina D que los controles (36%) o los pacientes de enfermedad de Alzheimer (41%). La concentración promedio de vitamina D entre pacientes de Parkinson fue de 31,9 ng/ml, frente a 34,8 ng/ml entre los pacientes de Alzheimer y 37 ng/ml entre los controles sanos.
El trabajo ha sido publicado en la revista Archives of Neurology y subraya la importancia de revisar rutinariamente los niveles de vitamina D en sangre, sobre todo en pacientes mayores.

FUENTE:Arch Neurol 2008; 65: 1348-1352

domingo, 2 de noviembre de 2008

¿EN QUE PARTE DEL CEREBRO SURGE EL ODIO?



Las personas que ven fotos de alguien que odian muestran cierta actividad en distintas áreas del cerebro, las cuales pueden ser consideradas como un “circuito de odio”, según una nueva investigación publicada en el último número del PLos One, un periódico electrónico de EEUU, disponible desde el pasado jueves.El estudio, realizado por científicos en la Universidad College London, examinó las zonas cerebrales que están en correlación con el sentimiento del odio y mostró que el “circuito del odio” es diferente a aquellos relacionados con emociones como el temor, amenaza y peligro, aunque también comparte una parte del cerebro asociada con la agresión.El circuito es también bastante diferente al que está asociado con el amor romántico, aunque comparte dos estructuras comunes con éste.Los resultados son una extensión de estudios anteriores sobre los mecanismos cerebrales del amor romántico y maternal realizados por el mismo equipo de investigación.Para comparar sus resultados actuales con los anteriores sobre el amor romántico, los investigadores estudiaron específicamente el odio dirigido hacia un individuo. Diecisiete sujetos, tanto mujeres como hombres, tuvieron sus cerebros escaneados mientras veían fotos de la persona a la que odiaban, así como a caras neutrales que les resultaba familiar.Ellos descubrieron que el “circuito de odio” incluye estructuras en la córtex y subcórtex, y que cuenta con componentes que son importantes en la generación del comportamiento agresivo, lo que convierte dicha acción a través del planeamiento del motor, como si el cerebro estuviese movilizado para realizar una acción. También implica una parte del córtex frontal, la cual ha sido considerada como crítica en la pronosticación de acciones de otras personas, probablemente una importante característica cuando uno se enfrenta a alguien que odia.A diferencia del amor romántico, el cual es dirigido a una persona, el odio puede ser dirigido contra individuos o grupos, como es el caso del odio racial, político o de sexos. Los investigadores manifestaron que estas diferentes variedades de odio serán el sujeto para futuros estudios.
FUENTE: Romaya JP (2008) Neural Correlates of Hate. PLoS ONE 3(10): e3556. doi:10.1371/journal.pone.0003556